El club Cuba mujeres.
(16/04/2018) - La Nacion
El Club Universitario de Buenos Aires, más conocido como CUBA, cumple 100 años y quiere festejar su aniversario con una vuelta de página: la reforma del estatuto para que las mujeres puedan ser socias plenas, en igualdad de condiciones con los hombres. Por tradición, el club fue considerado históricamente un espacio de hombres. Si bien en la última década hubo cambios significativos, a partir de los cuales las mujeres fueron accediendo a un trato más igualitario, aún resta resolver la situación de base, un reclamo histórico de hombres y mujeres que pertenecen a la institución. "Desde hace unos años la Comisión Directiva se dispuso a trabajar sin prisa ni pausa en un proyecto de reforma de estatuto que contemple la incorporación de la mujer como socia plena", indicaron a LA NACION las autoridades del club a través de un comunicado, en el que aclararon que "las mujeres se han incorporado a la vida social y deportiva del Club Universitario de Buenos Aires hace ya muchas décadas". El proyecto para la reforma del estatuto fue presentado por la propia comisión directiva, que inició una serie de charlas informativas de las que pueden participar todos los miembros del club, para evacuar dudas y presentar sus posturas. La idea es que este proceso culmine con una Asamblea general en la que se vote si se acepta o no la reforma. Si bien aún no hay fecha, desde el Club deslizaron que esperan poder celebrar los 100 años el próximo 11 de mayo con el nuevo estatuto en vigencia.La resistenciaTanto desde el entorno de la dirigencia como desde la mayoría de los miembros del club consultados, consideran que el cambio es inevitable y que quienes se oponen son una minoría. Pero la resistencia existe.LA NACION accedió a una carta que se hizo circular entre los socios. Fue redactada por unos 21 " veteranos de Rugby y Ex dirigentes", tal como está asentado en el texto. Sobre el tema "mujeres socias", indican:"El club cumplirá en menos de un año un siglo de existencia, creado por un grupo de universitarios -varones- que tuvieron la genial idea de buscar un lugar que los uniera donde todos los universitarios sin distinción de credo o política, pudieran desarrollarse social y deportivamente.""Con el correr del tiempo las comisiones directivas del club, fueron pensando y luego aplicando la inserción de las mujeres en su vida; reglamentando las condiciones de su inclusión otorgándoles beneficios para que puedan actuar con sus familias dentro de la institución", señalan.En ese sentido, aseguran que se "fueron adaptando los reglamentos para que las mujeres adherentes siempre con sus familiares tuvieran el acceso a todos las sedes del club y puedan desempeñarse en todas las actividades en igualdad con el socio activo."."Hoy en día las mujeres conyugues, hijas y nietas pueden participar -sin discriminación alguna", insisten.Pero a su vez resaltan: "Nos es poca cosa, que durante cien años con los avatares que ha tenido nuestro país , el Club ha sido dirigido por varones probos que lo han llevado a ser una de las Instituciones más prestigiosas de la Argentina, manteniendo una linea de conducta, que por defender su filosofía fue intervenido por el gobierno de turno en 1953".Con esos argumentos, consideran que la "filosofía" del club "no debe cambiarse , no siendo necesario innovar en el estatuto, no olvidemos: el Club es aquello para lo cual fue creado; respetándose su idiosincrasia desde el 11 de mayo de 1918"."Cualquier cambio que se quiera introducir al respecto, lamentablemente dejaremos de ser el club de hoy, el que se transformaría en otra institución", concluye la carta, firmada con nombre y apellido por 21 hombres.También se creó recientemente un grupo de WhatsApp llamado CUBA es CUBA, al que se sumaron algunos miembros del club que se oponen al cambio."No entiendo qué resistencia puede haber", comenta Viviana Secco, miembro del club, que considera que esos argumentos no se sostienen. En la misma postura se manifiesta Facundo Chaves del Valle, socio del CUBA desde los 4 años (hoy tiene 40): "El cambio es imposible de frenar. No es una pelea entre quienes están a favor o en contra, es un cambio de paradigma". Él tiene una hija pequeña y quisiera allanar el camino para ella. "Quiero que le toque vivir en un mundo en el cual lo natural sea la igualdad de condiciones para hombres y mujeres", sostiene.Para Andrés Politti (54), socio del club desde los 30 años, la resistencia tiene que ver más con una cuestión generacional que ideológica. "En estos clubes conservadores donde hay mucha gente grande, hay tipos que se criaron en otra época, en otro contexto", sostiene, y considera que es minoritaria la cantidad de gente que se opone a la reforma, aunque admite que "puede haber grupos más machistas. Son los que se aferran y eso no está bueno"."Tarde o temprano toda esta cuestión igualitaria, más rápido o más lento, llega a toda la sociedad", asegura. "El presidente impulsó toda la movida. Es un tipo joven, piola. Eso en los clubes es clave, la dirigencia, los cambios generacionales. Para la gente joven por suerte no hay duda de que debe ser así", insiste Politti.Aunque minoritaria, para algunas mujeres la resistencia sigue impactando en el trato cotidiano. "No es un tema del club como institución, sino de algunos hombres que siguen teniendo comportamientos machistas", señala Silvia, que forma parte de CUBA desde chica."Hasta hace poco teníamos los mismos derechos que los niños. Por ejemplo, si un socio varón adulto quería usar la cancha de tenis y había mujeres o menores, tenían que cedérsela a ellos", detalla. Esa normativa ya fue modificada por el club.Un proceso históricoCorría el año 1918. Acababa de aprobarse la Reforma Universitaria y se vivía un ambiente convulsionado a nivel político y educativo. En ese contexto, un grupo de estudiantes decidió crear una asociación "desvinculada de todo sectarismo religioso o bandería política" con el objetivo de "vincular a los universitarios de Buenos Aires en lazos fecundos de afecto que generadores de verdadera solidaridad; brindar a todos y cada uno, un segundo hogar". Así nacía CUBA.Los extractos citados pertenecen al acta fundacional de la institución, que el próximo 11 de mayo cumplirá 100 años.CUBA es uno de los clubes más tradicionales de la Argentina. Cuenta con 9 sedes en las que se puede participar de hasta 24 deportes, entre otros rugby, hockey, gimnasia artística, fútbol, judo, básquet, tenis, voley y windsurf.Hoy tiene 22 mil socios, desde los 4 años de edad en adelante. Entre otros personajes conocidos, son socios el senador Esteban Bullrich, el juez de la Corte Carlos Rosenkrantz y varias segundas líneas del oficialismo. Unos 2000 socios son vitalicios, y hay unas 6000 mujeres que forman parte del club.Tal como lo plantea su acta fundacional, el club busca ser un segundo hogar, y para algunos es así literalmente. Es el caso de Viviana Secco y su familia, que todos los fines de semana van a la sede de Fátima, donde sus hijas hacen gimnasia, juegan al tenis y participan de varias otras actividades."Soy socia desde los 4 años, por mi papá. Cuando me casé, decidí mantener número de socio de mi papá porque cuando te separabas quedabas fuera. Ahora cambió", cuenta Secco. Esa fue una de las reformas que vivió el club hace unos años: que la mujer se divorcie del socio ya no la deja automáticamente fuera de la institución.Secco comenta que nota cambios importantes en la vida del club. "Los fines de semana solemos juntarnos a jugar al fútbol en Fátima, somos 24 mujeres de entre 35 y 45 años. Eso para un club como CUBA es revolucionario", detalla.Para ella, el club " es más anacrónico en los estatutos que en la realidad". En ese sentido asegura que nunca sintió que la trataran diferente por ser mujer.El deporte es uno de los espacios en los que la mujer se abrió camino. En el club hay 700 jugadoras de hockey y unas 300 gimnastas artísticas, y cada vez más mujeres se suman al resto de las disciplinas y han incluso accedido a las capitanías.María José Coll es subcapitana del equipo de golf. Lleva más de 30 años en el club. "Entré por mi papá, usé muy poco el club hace 7 años que me casé y tuve hijos y ahí comencé a involucrarme más", relata.Coll también sostiene que "desde el estatuto es un club antiguo, pero desde la práctica es más aggiornado". En ese sentido, destaca algunos cambios ocurridos en los últimos años. "Antes las salidas de los hombres en la cancha de golf eran siempre mejores que las de las mujeres. Eso se modificó hace como 7 años", sostiene.A modo de anécdota, recuerda que durante un torneo de golf del que participó representando al club, un socio preguntó si los puntos de los hombres valían más que los de las mujeres. "Me reí, porque la verdad es que es ridículo y tenía más que ver con el personaje que con una postura del club", señala."Estoy feliz con el club, es el más completo de la Argentina. Sólo le falta dar este salto histórico para aggiornarse en los papeles", asegura Coll.Georgina Feld, de 52 años, va al club desde pequeña. Allí hace natación y running. Para ella, el cambio que está pronto a suceder tiene que ver con el contexto social actual. "Creo que es un paso importante poder votar qué directivos queremos. Y ese derecho no lo tenemos como adherentes. Tener la posibilidad de elegir es bueno", sostiene.Votación finalAunque aún no se fijó fecha para la votación, en el club ya se vive la expectativa de celebrar los 100 años con el nuevo estatuto. Votarán hombres socios del club, mayores de 18 años -sin la reforma, las mujeres no pueden votar- y se necesita el consenso de las dos terceras partes de los asistentes para tratar el tema. Luego se define por mayoría simple."Estamos todos empujando para el mismo lado", asegura una mujer con mucha participación en los procesos del club, que prefirió mantener su nombre en reserva. "Es un cambio histórico, en un club de valores fuertes y que apuesta a la integración de toda la familia. Se va a dar", añade.Si bien aún se están ajustando algunos detalles en el proyecto, la propuesta avanza día a día. Uno de los aspectos que podría cambiar es que las mujeres , que hoy pagan menos que los socios plenos, tal vez deban pagar cuotas un poco más altas. El gasto promedio mensual de una familia tipo miembro del club es de unos 5000 pesos. Un socio adulto activo paga una cuota aproximada de 2400 pesos mensuales, mientras que la asociada paga alrededor de 1600 pesos.Para Coll, la subcapitana de Golf, pagar una cuota un poco más alto no será un obstáculo: "Desde el punto de vista cultural me parece que vale la pena el esfuerzo de pagar un poco más y convertirse en socias. Hace falta desde los papeles", asegura."Mi marido va a votar a favor, yo participo de asambleas, es un momento único, cambia la historia", señala.Viviana Secco también asegura que se hará socia: "Lo voy a hacer por una cuestión de principios, aunque paguemos un poco más que ahora. Tenemos que tener el mismo voto. Es un disparate que seamos un anexo de los hombres".Andrés Politti reconoce que habrá cuestiones prácticas que regular, como modificaciones edilicias sobre todo en la sede de Viamonte -la única a la que las mujeres no pueden acceder hoy- pero está convencido de que nada frenará el cambio. "Voy a votar por la positiva", asegura.Chaves del Valle admite que no ha participado de votaciones anteriores, pero sí se sumará esta vez. "Sin dudas va a ser una asamblea interesante, voy a votar. Quiero que se de esta renovación", dice.Tal como lo indicó el Club desde el comunicado que envió a LA NACION ante la consulta por el proceso histórico que se lleva adelante, "serán los socios de CUBA quienes tomarán la decisión definitiva".
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